Odio:
Las tapas del pan lactal
Los bocinazos
Las musiquitas de los celulares
Que no los atiendan...
Los que se hacen los dormidos para no dar el asiento
Vaciar la bolsita de la aspiradora
Sacar los pelos de la ducha
A un compañero de oficina
La sábana cuando queda corta
Depilarme con cera
Encanto:
El alambre del pan lactal porque se lo doy a la gata para jugar
La risa de los chicos cuando les cuento un cuento
La cara de la perra cuando llego y ella estaba dormida
Los mimos que pide la gata
Despertarme acompañada
Los sábados por la mañana
Las series norteamericanas
Taparme hasta acá
El olor a tostadas
Ammé Bisau
3 comentarios:
De repente se me vino el olor a tostadas calientes y se me hizo agua la boca...
yo me olvidé por completo nombrar ese tipo de sensaciones cuando en mi blog dije lo que me gusta y lo que no me gusta
Hay tanto odio como encanto en la vida en general... solo hay que encontrar el balance necesario para poder vivir con esos dos sentimientos sin que ninguno sea mayor al otro...
O sea... no odiar en demasia ni quedar encantado por cosas efimeras...
Saludos...
A veces el equilibrio es insostenible, y las cosas que creemos más efimeras son las únicas que perduran y resisten en el tiempo. No es malo quedarse con la balanza más en el encanto que en el odio, pero hablo de encanto como amor, como pasión, como esas cosas que nos hacen sentir vivos.
Besos
Ammé
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