jueves, 19 de junio de 2008

TECNOLOGÍA QUE ME HICISTE MAL

En otra época, cuando la relación se terminaba, si al tiempo una –por x razones– quería retomar, saber cómo está, hablarle y nada más, intentar volver a la cama o alguna otra cosa por el estilo… después de evaluar más (o menos) adultamente si convenía o no… simplemente se animaba o no se animaba. A partir de ahí, realizaba una acción concreta: llamaba por teléfono, iba y le tocaba el timbre, pasaba a la salida de su laburo o, en el peor de los casos, le dejaba una carta de puño y letra debajo de la puerta. Hoy en día todo eso cambió. Ahora, señores, los medios electrónicos nos han dominado. Son estupendos, son instantáneos, lo cual agradezco, y mucho… porque me facilitan, día a día, un montón de cuestiones. Ahora bien: en el caso de algunas amistades, pero especialmente en el terreno amoroso, la cosa se complica, casi siempre. En este campo estas “modernidades” son completamente inútiles. Algunas veces, generan malentendidos de toda índole, otras veces, nos obligan a “ignorar”, “bloquear” o –incluso- “eliminar” a la persona con quien salíamos, todo lo cual es muy desagradable pero, en muchos casos, puede resultar bastante sano, porque a partir de entonces, de existir comunicación, será sólo por elección propia, no simplemente porque: “uy! apareció online”. Pero además, si aún después de cortar, queda en nuestra lista del MSN, deja como una “expectativa” de ver si se pone o no online, de… “¿le hablo primero o espero a que me hable?”, o… “ah… no me habla! ¿¿¿por qué no me habla???”… o: “ah, tiene ese nick porque sale con otra… seguro”… o: “ah, tiene ese nick porque me está ‘dedicando’ un mensaje entre líneas a mí sin decirlo de frente”… o, lo peor: “bueno, al menos sigue online… si quiero hablarle, siempre estará ahí, disponible para mí”. Así… el cerebro comienza a trabajar y a elucubrar infinita e innecesariamente. Así también, los mensajes de texto, los emails y el mismo Messenger se convierten en elementos que permiten decir cosas que difícilmente nos animaríamos a decir de frente… lo cual, tampoco sirve: me lavo las manos porque: “ah… ya que está online digo x cosa… total… no me está escuchando realmente, y además, yo no elegí levantar el tubo, simplemente ‘aconteció’, y yo no soy responsable de eso”.
Yo lo que digo es: buenísimo, usemos todas estas modernísimas comunicaciones para lo que sirven, incluso, obviamente, para saludar a amigos que “uy, aparecieron online”. Perfecto. Pero en las cosas del amor, volvamos al teléfono y al cara a cara. Hablemos de frente… o no digamos nada.

Ave Larga

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, no me puedo sentir más identificado... ODIO al MSN para cuestiones del amor...

Increíble su post y se viene la campaña: Por la abolición de las relaciones cibernéticas!

Besos

-P@BLO-

Ojo al Cubo dijo...

Campaña "no incluya nuevos amores en el MSN" Jejeje... Besos. Ave Larga

Anónimo dijo...

Como toda tecnología, hay que saber usarla. TIene pros y contras, pero no creo que sea necesario algo tan extremo como dejar de usarlo...
Como sea...

Besos

Ojo al Cubo dijo...

Perdón, pero... yo no hablé de dejar de usar la tecnologìa, al contrario: dije que me sirve, y mucho. Justamente, propongo "saber usarla", en el caso de las relaciones amorosas, con mucho cuidado, siendo preferible, según mi experiencia, dar la cara, y no "malusarla", por ejemplo, escondiéndose detrás de una pantallita, sobre todo si las personas se dejaron de ver, si las cosas no están bien o si hay confusión reinante. Y si no, cortar comunicaciones del todo, si es que la relación no da para ninguna opción "B", si es lo que se quiere o si es lo que se necesita. A todo esto... ¿quién sos, anónimo/a?

Sds y excelente finde para todos!

Ave Larga

Pasajera En Trance dijo...

el msn es como una gran ficcion...obvio q te la podes llegar a creer...

besos!

Anónimo dijo...

Uh, morí con el comentario de pasajera en trance!

-P@BLO-