BENDITA LA LUZ

Me encantan las series de TV, pero las de Estados Unidos ¡son lo más! Podría decir que la BBC destaca cada tanto alguna de las suyas, y no tienen comparación con ninguna otra, pero las norteamericanas se mantienen en el tiempo y, además, proliferan terriblemente. Tal es el caso de C.S.I. (Crime Scene Investigation) Las Vegas. Una serie que vio la luz por el año 2000, cuando todo en el mundo comenzaba a cambiar raudamente, y “globalización” se tornaba palabra corriente. Luego de siete temporadas (una mejor que la otra) comenzó la fiebre del clon y la TV dio la bienvenida a sus pares, CSI Miami y CSI New York. En este tipo de series policiales, casualmente, no es el policía conocido (aquel que muele a piñas a los ladrones y muestra un instinto de investigador ducho) quien protagoniza, sino un grupo de científicos forenses que muestran sus dotes en la pequeña pantalla. Pero lo que aún me sigue asombrando es que los guionistas y directores, quienes como una suerte de “receta mágica”, filman la mejor toma de la investigación de la escena donde ocurrió el crimen, en total oscuridad y con sólo linternas como ayuda para ver los tan mínimos detalles que encuentran. Parece mentira pero en cada una de las series de este estilo se mantiene el mismo criterio. Encuentran el cadáver, no encienden las luces de la habitación, prenden sus linternas y encuentras restos de “epidermis” en la alfombra de la habitación. Claro que nosotros nos damos cuenta del hallazgo porque el director, sabiamente, realiza una toma con “efecto lupa” sobre la superficie que está observando el investigador en cuestión. Pero me pone nerviosa ver que cuando ingresan a la escena del crimen con los guantes puestos, NINGUNO hace ni un amague de encender la luz. Entiendo que hay que hacer énfasis o “foco” en las pruebas, como dice Grissom (Jefe de CSI - Las Vegas): "Olvídate de los testigos, olvídate de la víctima, olvídate del sospechoso y concéntrate en lo único que no puede mentir: las pruebas". Pero no abusen muchachos.

Ammé Bisau