NOSOTROS VS ELLOS

Henk van Houtum, Freerk Boedeltje y Noemí Padrón-Fumero cuentan en el diario El País (de España) que sólo a Canarias llegan más de 9 millones de turistas por año y, por otro lado, miles de inmigrantes arriban en barcas. Para los europeos, los primeros vendrían a ser “los buenos”, mientras que a los segundos se los considera casi invasores contra los que se construyen muros. “¿En base a qué razones –se preguntan los autores de la nota- nos convertimos en un centro de visitantes para el primer grupo y en un centro de retención para el último?”. Los “desechados” parecen no tener nombre ni cara y “son numerados, recibidos en centros de retención -vertederos humanos para muertos civiles- y consecuentemente deportados”. Frente a estas desigualdades “entre un viajero bienvenido y un enemigo político sobre la base de su origen y de su valor económico”, quienes firman la nota proponen algo más de humanización. Ahora bien, las cosas no son así "solamente" en el Viejo Continente. Sin pretender hablar de Estados Unidos, donde el gobierno de Bush ve a todo extranjero -en principio- como un delincuente, no creo que aquí, en nuestro país, las cosas sean muy diferentes. Cuando a la París latinoamericana llega un europeo o un yanqui lo recibimos casi con manjares; pero si su nacionalidad es boliviana o un peruana… las cosas son muy diferentes. Simple, pero verdadero. Sólo se trata, como dice la autora de la nota, de ser un poco más humanos.
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Ave Larga