lunes, 19 de mayo de 2008

¿JUGAMOS?

Ayer estaba en un lugar al aire libre y me acordé de un juego muy simple y muy divertido al que jugaba cuando era chica. Se llamaba “Cigarrillo 43”, y venía bien cuando había varios amiguitos. Uno de nosotros se ponía de pie mirando a la pared, igual que en las escondidas, pero sin tener que contar hasta cien. Los demás, nos parábamos a unos metros detrás de él, mirando, digamos, hacia su espalda, como si fuéramos a comenzar una carrera. Todos –menos el chico que quedaba mirando a la pared- empezábamos el juego detrás de una línea de partida, a una distancia considerable de la pared. La cosa era así: el chico de la pared decía en voz alta –y sin darse vuelta todavía-: “Un… dos… tres… ci-ga-rri-llo-cuarenti-trés” (sé que otros decían "Uno, dos y tres… escondite inglés, sin mover los pies”, e incluso: “Un, dos, tres… pelo, pelito es”). Mientras el chico de la pared decía la frase elegida, los demás corríamos en dirección hacia él lo más rápido que podíamos, intentando llegar antes que los demás hasta la pared. Pero cuando el chico que decía el versito terminaba el “Un… dos… tres… ci-ga-rri-llo-cuarenti-trés”, se daba vuelta rápidamente. En ese momento, los corredores debíamos quedarnos completamente congelados. Él, entonces, miraba con detenimiento a cada uno de nosotros, y si veía algún mínimo movimiento (o si lo había visto justo al darse vuelta), decía: “Pirulito, te moviste”. Entonces, Pirulito debía volver al el punto de partida. Incluso, el paredólogo podía quedarse mirándonos el tiempo que quisiera y decidir que hasta una sonrisa era “un movimiento prohibido”… Así, si el chico de la pared te decía "´Tenés que volver"... tenías que hacerle caso sin chistar. Y, así... si nadie había llegado aún a la pared, empezaba todo otra vez, hasta que alguno de los "corredores" llegara, momento en el cual, éste pasaba a ser el siguiente paredólogo. O sea: no se trataba sólo de correr, sino de saber cómo parar… ¿Tendrá esto algo que ver con la vida?

Ave Larga

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Orgullosa de su estimación, la aplaudo estrepitosamente, mi compañera de blog.
Ammé

Anónimo dijo...

Hey! a eso jugaban en la película española El Orfanato! pero como había fantasmas y todo era super escalofriante :S:S
La frase era distinta... pero no me la acuerdo :P

Me dio miedito! jeje

- P@BLO -

Ojo al Cubo dijo...

Mis queridos: muchísimas gracias por los comentarios, compañera y amiguísima. Pablín: no vi la peli... Ammé la habrá visto? No sé cómo sería la frase de la peli, pero lo que sí sé es que hay infinitos nombres, que exceden -y por mucho- los pocos ejemplos que yo di en el post.
Besos y abrazos!
Ave Larga

Anónimo dijo...

"un dos tres, toca la pared", un juego escalofriante si pensamos en los fantasmas de los niños muertos... excelente película, la vi 3 veces. Y además la actuación de Geraldine Chaplin como vidente, no tiene desperdicio! Salu2
Ammé

Opinologa autorizada dijo...

Estoy estudiando en la facu el tema del juego infantil, y por ahi tu frase final es lo que explica el porque de estudiarlo, es que todo lo qe hacemos de chicos sirve para formarnos, para enseñarnos algo, para que sin saberlo el juego nos ayude a aplicar en la vida diaria las cosas que incorporamos de chiquitos... uuufff perdón es que estoy copadisima con el tema y con la materia en si

Ojo al Cubo dijo...

Hola opinóloga! Qué lindo lo que decís... Y sí: a mí muchas veces me parece que, incluso cuando jugamos de grandes, mostramos cosas nuestras a través del juego... Por otro lado, te cuento que a mí también me gusta el juego, hasta tal punto que estoy en un programa radial solamente sobre juegos (Domingos de 23 a 1, "Vagos y bien entretenidos" por AM Cooperativa 740).
Saludos!!
Ave Larga

Anónimo dijo...

jaja Si! esa era la frase Ammé!... ya me dio miedito de tan solo leerla!
Creo que cuando ella juega con los chicos es el momento de mayor suspenso y terror en la peli!
A mi también me gustó muuuucho!

Saludos ;)