Es costumbre en los ídolos (desde el principio de la historia), hablar sobre ellos en tercera persona. Como si no se tratara de ellos, los podemos escuchar nombrándose hasta con algo de sentimentalismo y afecto. En el fútbol argentino es donde más encontramos referentes a esta afirmación. Cualquiera sea el nivel de fama del deportista en cuestión, podemos escuchar cómo se nombra y continúa la frase así: “...tiene una buena temporada, le cuesta la recuperación, pero está firme de titular en el equipo...” Y varias anécdotas más. Me llama la atención porque parece que no existieran para sí mismos, que fueran una manifestación o una proyección de sus deseos más cercanos. Tal vez ellos solos conozcan los secretos de los micrófonos o las cámaras de televisión, que como una suerte de embrujo, despojan al jugador de su esencia y lo traspolan a una realidad paralela donde sólo existen en las palabras pero no en la imagen. Tal vez se trate de alguna cláusula especial en el contrato en donde se les prohíbe referirse a ellos en primera persona. O tal vez, simplemente, en la brutalidad de su inocencia, se creen tan importantes que nadie, ni siquiera ellos, puede nombrarlos.
Ammé Bisau
Ammé Bisau
2 comentarios:
Me encanta como escriben.
Las leo siempre, les comento a veces.
Saludos.
Señora opinóloga, sepa que, al igual que usted, de vez en cuando espiamos en sus escritos cybernéticos. A decir verdad, la más voyer de las tres soy yo. Cariños desde este blog...
Ammé
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