miércoles, 19 de marzo de 2008

EL HUEVO, LA GALLINA Y EL GRANJERO

Luego del debate que genera el sistema de puntos en el registro de conducir, otra noticia sobre un accidente automovilístico vuelve a confundir los tantos. La quita de puntos no resuelve nada si no empezamos por el principio. Un hombre de 81 años y con dificultades para manejar (el auto tenía caja de cambios automática), claramente no califica para tener un registro de conducir. No es discriminación, es la simple verdad. Basta con verlo salir de la comisaría ayudado por dos policías, haciendo uso de un bastón. Como para no darse cuenta de que el hombre no puede valerse por sí mismo... El accidente ocurrió sobre la avenida Rivadavia. El hombre aceleró, sin tener en cuenta que iba marcha atrás, y atropelló a gente que salía de una juguetería. No obstante ello y sin poner el freno, logró ir hacia adelante con el vehículo y atropelló a otras personas, entre ellas, a un jubilado que falleció horas después en el hospital de Flores. Lo grave no sólo es que lo atropelló, sino que le pasó por encima dos veces. Comprendo que Oscar Pierona -el que conducía el auto- se debe haber puesto nervioso cuando su hijo se bajó a los gritos afirmando que el padre no se iba a escapar, y que se le trabó la palanca de cambios. No importa si el hombre estaba nervioso o si se le trabó la palanca de cambios, tampoco importa si primero vino el huevo o la gallina. Lo realmente importante es que para hacer las cosas bien también debe haber un control posterior. No sólo hay que valerse de la quita de puntos en un registro de conducir, sino que también hay que aceptar cuándo ya no podemos estar frente a un volante. Porque no sólo de ello depende nuestra vida, la de los otros también.

Ammé Bisau

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