CONTRACTURA

Por estar tantas horas sentada, a una se le empieza a hacer difícil reconocer el traste de una tabla de planchar. La espalda, retorcida por mirar un monitor que queda más abajo que la posición normal, hace que se acelere el proceso de crecimiento de una joroba. Y ni que hablar si la silla no es la apropiada. En realidad creo que no hay una silla acorde a las 9 horas que se pasa una sentada frente al monitor. Ni siquiera las más lindas, esas con colchoncito, palanca para subir y bajar, y rueditas, funcionan. La columna arde a eso de las cinco horas consecutivas de computadora. Y no hay con qué darle, es así nomás. Alrededor de las 11 am comienzan las ganas irrefrenables de estirarse, y es ahí cuando nos damos cuenta de que esa silla maldita nos está contracturando toda la espalda. Dicen que las 4:48 am es la hora donde se cometen más suicidios en los hospitales porque es cuando comienza a bajar el efecto de los calmantes. Creo, asimismo, que las 12 del mediodía es la hora en donde comenzamos a preguntarnos "¿qué hago acá, encerrada como mono en el zoológico, viendo pasar la vida a través de una ventana?", o "tengo que empezar el gimnasio YA mismo, me duele todo", y las personas más osadas, llegan a pensar en fugarse en ese mismo instante y no volver nunca más.

Teté Netti